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30 de Enero del 2005
Antonio Jiménez Millán: Un ejemplo literario
Antes de terminar con las Décimas de un amor probable, querría realizar un homenaje que desde hace tiempo llevo conspirando. Casa invadida (Madrid, 1995). No sé qué hacía aquel poemario en la estantería de mi salón, ni qué me llevó aquella tarde de cenizas y noviembre a quedarme colgado de sus páginas. Páginas que, seguramente, descansaban ahí, tímidas e ignoradas, desde hacía demasiado tiempo. Pasé la tarde y parte de la noche descifrando cada verso, posándolo en el eco de mi mente con la sorpresa que merece el descubrimiento de un tesoro que va más allá del dinero y el poder.
Antonio Jiménez Millán. Su autor. Granada, 1954. No sé hasta qué punto será un hombre reconocido dentro de los círculos literarios del panorama nacional. Ni conozco demasiado bien el contexto poético actual, como para valorar su obra desde una perspectiva más o menos acertada. Advierto que en el campo de la poesía, como en tantas otras cosas, es mucho más lo que desconozco, que lo que sé. Pero desde la humildad de la ignorancia, con mi austera dosis de conocimiento, me aventuro a decir que, cuando hablo de Jiménez Millán, hablo de un gran poeta. Si queremos, podemos usar las mayúsculas para definirlo, sin miedo a exagerar.
Después de Casa invadida, quise profundizar en su obra y me tropecé con versos que dejarán su sello en mí, en mi juventud, como el eco de las canciones que nos remiten, décadas después, a otro tiempo, otro espacio y otros rostros, desde la nostalgia más amable, que es la de la propia juventud. Quiero decir que Inventario del desorden, por ejemplo, editado en 2002 y ganador del XXIV Premio Ciudad de Melilla, es de los mejores poemarios que he leído en los últimos años. El comienzo, de por sí, es demoledor. Así podría ser yo, si no hubiera / cambiado de lugar / y no desconfiara de las patrias, / las religiones / y las banderas. Versos que sirvo en la bandeja de esta crítica, extraídos de ese primer poema en el que se observan atisbos evidentes de lo que será una obra de una belleza desmesurada, de un decadentismo sublime y una visión que, como califica el fabuloso (sí, fabuloso) Luis García Montero es infiel, insumisa Ajena a las costumbres.
Antonio Jiménez Millán es profesor de la Universidad de Málaga. Su asignatura: Poesía Europea Contemporánea. Yo la tomé como de libre configuración. Tardé tiempo en saber que quien daba las clases era el autor en cuestión. Hay algo que me llamó mucho la atención: en ninguna de las clases a las que asistí hizo ninguna referencia a su obra. Ni siquiera insinuó que escribiese. Eso dice mucho, a mi entender, de su persona. De la humildad y de lo poco hinchado que mantiene su ego. Todos sabemos la cantidad de profesores que andan por las facultades de este país con una obra pródiga, que bien podría valer para limpiar cristales (por no ser escatológico ni grosero), y antes de presentarse ya están haciendo referencia a su literatura de cartera, recomendando lo interesante que sería adquirir un ejemplar de su último estudio para aprobar la asignatura. No es el caso. Pero si lo fuese. Si fuese mucho peor. Si Jiménez Millán fuese el ser más despreciable del planeta (entiéndase la exageración del contexto), me daría igual. Porque su obraque es la única herencia importante y, prácticamente, posible de un artistaseguiría siendo indiscutible, precisa, genial Antonio Jiménez Millán: un ejemplo literario. Lo recomiendo. Aquí dejo una breve bibliografía del autor para que el que quiera vaya a buscarla. Merece la pena.
Ventanas sobre el bosque. Premio Rey Juan Carlos I. Madrid, 1987.
Casa invadida. Madrid, 1995.
Inventario del desorden. XXIV premio Ciudad de Melilla. Madrid, 2002.
Posted by Alejandro Díaz at 12:45 PM | Comments (1)
21 de Enero del 2005
Décima cuarta de un amor probable
Siempre atravesé el desierto
de los mediocres con sed
de anhelos. Alguna vez
soñé estando aún despierto.
Sin llegar a ciego, tuerto
de amor también he vivido.
Si recuperé el sentido
fue gracias a la costura
del tiempo... Pasó factura
al despacho del olvido.
Alejandro Díaz
Posted by Alejandro Díaz at 6:23 PM | Comments (5)
20 de Enero del 2005
Breve biografía de Blas de Otero
En Nuestralia.
Posted by Santo at 3:34 PM | Comments (1)
18 de Enero del 2005
Décima primera de un amor probable
Pido disculpas, pero me llevo fatal con Internet. Borré sin querer el anterior post que llevaba este título. Jose Brox, ilustre poeta y gran escritor de relatos breves ;), me sugería que cambiase el verso quinto por no ser octosílabo en un comentario que, con el post, también se borró. Igualmente, hacía alusión a posibles licencias que me tomo. Acertó. Lo de décimas-te respondía en mi comentario-debería ir entre infinitas comillas. El poema lo escribí como unidad, y posteriormente, me dio por fragmentarlo, pues lo redacté a modo de décimas. Respecto a lo del verso quinto-te decía también-no alcanzo a entender por qué es de nueve. Considero que lo dices por el término -uento. No obstante, pienso que se puede considerar bisílabo en el cómputo silábico del verso; aunque no por ello, deje de ser más acertada tu propuesta.
Me temo que es el momento,
mujer, de obviar el capítulo
primero y, sin disimulo,
explayar nuestro tormento.
Dejemos para otro el cuento
del sapo y la princesita:
sólo te pido una cita,
romper el anonimato,
y trasnochar como gatos
en celo.
Alejandro Díaz
P.D.: Y que no valga de precedente eso de borrar los post con sus respectivos comentarios. Mis disculpas, lector, y a Jose (especialmente), por borrar su comentario y permitirme la "licencia" de comentarlo yo. ¡Fue un error condicionado por mi profundo desconocimiento de las nuevas tecnologías! (¡Viva la era analógica!)
Posted by Alejandro Díaz at 9:16 PM | Comments (8)
Décimas segunda y tercera de un amor probable
Aquí van las dos más mediocres...
Ya no me excita
el desamor cortesano,
así que sé irreverente:
háblale de tú al presente,
vayamos los dos al grano...
Quítale el vestido insano
a la duda, naufraguemos
en el deseo y borremos
la línea fronteriza
de nuestros cuerpos. Deslíza-
te en mi fracaso. Amemos
hasta que el tiempo no exista.
Gata de la madrugada,
reinventemos las miradas:
yo quiero ser trapecista
de tu piel. No te resistas.
Que decidan los instintos,
vamos a ser hoy distintos
a la impasible rutina.
Este amor no deja ruinas:
Entremos al laberinto.
Alejandro Díaz.
(Continuará... :D)
Posted by Alejandro Díaz at 8:59 PM | Comments (0)
10 de Enero del 2005
Último epitafio de Aznar
Esta última perla nos la ofrece José Brox, al que el ataque de bilis de los poemas precedentes de Alejandro y mío le inspiró estos versos.
Mire usted, es merecido
el que temprano repose;
mire usted, que de su pose
sólo resta el dedo erguido.
Sigue él esmorecido,
y la carne de raposa
da testimonio, culposa,
de quien quiso ser el guido.
Mire usted, desmerecido
sino para quien desposa
su apellido, que deposa
que se verá perseguido.
Pueden todos descansar:
que han incinerado al hombre,
va la tumba para el nombre
y ¡bigotes a la mar!
NOTA: "esmorecido": extremadamente frío; "guido": bueno en su género (germanía); "deposar": atestiguar en un juicio.
Posted by Santo at 8:26 PM | Comments (14)
8 de Enero del 2005
Como cuerpos
Si la costumbre abriera la ventana
de la osadía al tiempo del agobio
y de la soledad;
si la rutina sórdida saltara,
como Charly García delirante,
desde un cruel rascacielos;
si, acaso, saludasen estos versos
descarados al terco calendario
con un corte de mangas;
si el silencio prendiese los discursos
políticos, la prosa de los necios
o la voz de los dioses;
si globalización fuera algo más
que aplaudir la ignorancia unificada
de un espanglish hortera;
si quedara un rincón en las divisas
para la humanidad, el sacrificio
y las bajas pasiones...
entonces, si el hastío cabalgase
a lomos de una época pasada
sin billete de vuelta...
no sería la vida como un túnel
desganado. El deseo vestiría
un desnudo integral,
como cuerpos que eximen su misterio.
Posted by Alejandro Díaz at 1:13 AM | Comments (2)
6 de Enero del 2005
Temblad, malditos
...que llego con mis nuevos juguetes:
Y el otro, un multiefectos para la voz (pero ése queda muy feo en foto).
Recuerden...
Posted by Santo at 6:24 PM | Comments (11)
5 de Enero del 2005
Sin mapas
En memoria de las víctimas del tsunami
Si algo me gusta de los cuentos de fantasía y de los libros clásicos de aventuras es que en ellos todo tiene arreglo. Cuando hacía falta matar a un malvado tirano, no tardaba en aparecer una vieja profecía que señalaba a una espada vieja y a un muchacho canijo, que más tarde se convertirían en el temido héroe y el arma mágica que todos necesitaban. Nunca faltaba un hechicero que avisara de que terribles males se cernían sobre el reino; y cuando los reyes hacían oídos sordos a las advertencias de sabios y magos, todos podían esperar que un extranjero valiente encontrara el único punto flaco del dragón. Por muy terrible que fuera la maldición que pesara sobre ti, sin duda encontrarías una fuente cuyas aguas devolvieran la memoria; o una anciana que sanara una dolorosa enfermedad en la piel; o un monje santo que perdonara los más oscuros pecados.
Era muy fácil en aquel entonces encontrar soluciones extraordinarias para los problemas. Bastaba con ir más allá del confín de los mapas, a las tierras desconocidas y nunca pisadas por exploradores; aquellos lugares de los que no volvía nadie, inhóspitos y terribles. Fuera del mundo conocido esperaba la magia, la aventura. Más allá de un valle con forma de luna habría un profundo barranco, y en su fondo una cueva y en la cueva una sierpe que te haría tres preguntas, y a cambio te concedería un deseo; y con ese deseo salvarías del ataque del gigante a la princesa Micomicona y a su reino. Al otro lado del inabarcable Mar Tenebroso había inmensas tierras de hombres que sacrificaban seres humanos a sus dioses y tenían una magia poderosa. El mundo era una caja sin abrir, un papel escrito con tinta invisible lleno de secretos, un campo sin límites en el que puedes encontrar un tesoro con sólo apartar la tierra con las manos.
Hoy no es así. Todas las zonas en blanco de los mapas han sido rellenadas con eruditas explicaciones y gruesos entramados de líneas y palabras. Ahora sabemos que allá donde el invierno es infinito no hay fuentes que den la vida eterna, sino hielo y nada más. En lo profundo de la Selva Negra no se esconde ningún sabio eremita capaz de ver el futuro. Más allá del Mar Tenebroso hay un país como un buey, grande, fuerte y tonto, que en lugar de aprovechar su fuerza para arar se dedica a pisotear los sembrados. Los extranjeros que vienen a matar al dragón escupen más fuego que la bestia milenaria. La princesa Micomicona vendió su título y se hizo accionista de Nike; ahora trabajan para ella miles de niños en Asia, y el gigante se encarga del látigo y el tambor. Ya nada podemos esperar de la magia de los territorios desconocidos: sabemos que más allá sólo hay tierra y hambre y pena. Igual que aquí.
Yo sueño con un mundo en el que el consejo de un hechicero permita evitar cientos de miles de muertes. Un mundo donde el pueblo oprimido pueda rezar por la llegada de un príncipe armado con una espada mágica, que venza a su tirano y les traiga la paz. Un mundo que permita a la gente viajar más allá de su tierra, allá donde esté el remedio para su dolor y sus lágrimas. Un mundo de magia e ilusión, de terribles dolores pero grandes alegrías; donde, por muy grande que sea el peso de la tragedia, siempre exista una posibilidad de cambiarlo todo, de salir adelante.
Yo sueño un mundo sin mapas. Yo sueño un mundo con esperanza.
Posted by Santo at 5:38 PM | Comments (2)
3 de Enero del 2005
Nociones de traición y piedad
III (y últimas...)
Si no me elevan las alas
ni sueño cuerpos desnudos,
si me asesina el fracaso
y las musas adormecen,
si soy quien nunca he sido
y soborno al calendario...
Aguántame la mirada
hasta que, al infierno, caiga
rabioso, cobarde, inútil,
traidor, viejo y perdonado.
Alejandro Díaz
Posted by Alejandro Díaz at 4:25 PM | Comments (6)