« Enero 2004 | Main | Marzo 2004 »

26 de Febrero del 2004

Oiga, doctor

-¿Por qué? ¿Por qué nadie quiere verme? Soy una incomprendida. No les hago nada malo, no comprendo porqué deben tratarme así. De verdad que no lo entiendo, doctor. Intento parecer lo más simpática posible; incluso me pongo guapa cuando salgo a trabajar. Paso horas maquillándome ante el espejo, mis peinados son cada vez más intrincados. He depurado mis modales, he aprendido a tratar tanto a un conde como a un ciudadano gris. Pero aún así, llego a casa de un hombre, llamo a la puerta, y en cuanto me ven se echan a correr.

Grabado de Escher
escher.jpg

-Y tampoco es que yo sea tan fea. ¿O sí? ¿Le parezco fea?

-Desde luego que no, señora. Yo la encuentro preciosa. Continúe, por favor...

-Pues eso, que no lo soy. Tengo un aspecto muy... maleable, y siempre intento ponerme a gusto de mi cliente. Si le gustan las rubias, rubia; si le gustan morenas, pelo negro como el betún. En eso no hay problema. Pero no sé qué les doy que no hay manera de complacerles. ¿Será que, pese a intentarlo, no acierto con lo que ellos desean de mí? Pero es que mi trabajo consiste en nada más que eso, qué se puede esperar de mí... Y mire que cumplo mi obligación de una forma impecable, en eso nada se me puede reprochar. Jamás he llegado tarde a una cita. Nunca me ha tenido que esperar un cliente ni un sólo minuto. Sí, desde luego, en lo mío soy la mejor. Pero si el problema sólo fuera ése, no habría ningún inconveniente. A eso ya me he acostumbrado. Si sólo fuera sobre mi relación con los clientes, no habría venido a hablar con usted.

-Relájese, señora. Sabe usted que puede contármelo con total libertad, y confiar en mi confidencialidad.

-¿Que me relaje? ¿Acaso estoy nerviosa? No, qué va. Estoy dudando de si contárselo o no... bueno, qué más da. El otro inconveniente me lleva doliendo desde hace tiempo, es como una espinita en mi alma. Y es que empiezo a hartarme de mi trabajo. Sí, ya sé que suena ridículo. Una mujer como yo, a la que siempre le ha encantado lo que hacía, ahora decide pasarse al otro lado y reconocer que lo que hace apesta. Porque empiezo a creer que si no fuera a ver a los hombres tan sólo de forma profesional, éstos empezarían a apreciarme. ¿No le parece? Sí, claro que le parece. Le he pagado para que diga que sí a todo, ¿no es verdad? ¡Ja, ja! No se enfade, doctor, quítese esa mueca. Era sólo una broma. Como decía, mi profesión comienza a disgustarme. ¿Por qué será? Quizá sea que sólo veo a mis clientes una vez, y después les olvido, y ya está. El saber que sólo les vas a ver una vez no deja tiempo para hacer amistades, ¿sabe? ¡Y que todos crean que a mí debe gustarme mi trabajo! ¿Nadie puede fijarse en que no soy de metal, que también tengo mi corazoncito? ¡Esta profesión es inhumana! Las veinticuatro horas del día esperando a que mi jefe me avise que hay un cliente. Y encima las prisas, porque claro, llegar tarde tiene más repercusiones que el enfado del cliente. ¡Y estos métodos! ¿Por qué mi jefe no se plantea suavizar un poco los métodos? Ya, ya sé que hay gente a la que le gusta mucho la violencia del momento, pero son los menos. Casi todos prefieren vivir ese instante con suavidad, con dulzura. Pero no: el maldito jefazo sigue queriendo una puntualidad inesperada, una sorprendentemente concertada visita. Desde luego, hay veces que pienso que merecería la pena dejarle y seguir por libre. Pero seguro que no conseguiría nada yo sola: únicamente lograría tener que volver con el rabo entre las piernas, pidiendo perdón. ¿Y dejar mi trabajo para siempre, pedir la jubilación anticipada? ¿Encontraría él alguien como yo para sustituirme?”
“Qué pregunta más idiota. Claro que lo haría, él también es el mejor en lo que hace. ¿Cuál es, entonces, la conclusión? ¿Que no merece la pena pelear contra mi destino? ¿Que mis deseos no cuenta para nada ni nadie? No, desde luego que no. La única moraleja soy yo, os guste o no. Por cierto, doctor, de eso también quería hablarle.

-¿Cómo? No la comprendo.

-Es bien sencillo. He aprovechado que tenía que venir para hablar un ratito con usted, pero aún así debo cumplir con mi trabajo. ¿Hay algo que quiera decir, algo que desee dejar para la posteridad? No, claro que no, a nadie se le ocurre nada bueno en el final. ¿Aún no entiende nada? Desde luego, vosotros los mortales nunca veis cuando debéis hacerlo. ¿No sabe quién soy?

-No, señora. Sólo sé su nombre, y que debíamos vernos a esta hora.

-Como siempre he llegado totalmente puntual. En fin, ponte en una postura digna. No creo que quieras que te encuentren ahí sentado, con esa cara de idiota que te ha dejado la sorpresa. Eso es, así estás mejor. Ahora cierra un momento los ojos... no te dolerá (o al menos espero que no te duela mucho).

...

-Uuf, ya está. ¿Cómo te encuentras?

-Mmh, no sé. Me siento un poco raro, viéndome a mí mismo sentado en una silla. Por cierto, creo que ya sé cuál es tu nombre. Resulta bastante evidente después de esto, ¿no crees? Tú eres...

-Desde luego que sí. Esa soy yo. Vaya, tú no has huido de mí. ¿Eres valiente?

-No, no soy valiente. Si no me hubieras pillado tan de sorpresa habría salido corriendo como una rata acorralada.

-Como todos. No te preocupes. En fin, ¿ves esa luz? Pues ya sabes, camina hacia ella.

-¿Y ahora qué? ¿El cielo? ¿El infierno?”

-Ya lo verás.

-¿Un nuevo cuerpo para mí? ¿El Tártaro, el Hades, el Jardín del Edén? O... ¿la nada?

-Lo sabrás a tu tiempo. Ahora, camina.

Viéndolo caminar, la Muerte sintió una punzada de pena. Siempre le dolía despedirse de alguien, más aún si había tenido la oportunidad de hablar con él, de conocerle un poco.

-¿Señora?- llamó el hombre mientras desaparecía.
-¿Sí, doctor?
-Le entiendo. De veras que le entiendo.
-Doctor.
-¿Sí?
-Gracias.

El médico desapareció con un suave destello. La mano de la Muerte aún se despedía, y una lágrima, solitaria, plateó su mejilla.

Málaga, a 8 de Mayo del 2000

Posted by Santo at 10:38 PM | Comments (4)

24 de Febrero del 2004

Haciendo las maletas (II)

París

Llegué a París a media mañana. Tenía reservada una habitación en un hotel de esos en los que no preguntan tu nombre en recepción. Me recibió el dueño, un hombre de raza negra que me dio las llaves de mi cuarto y una guía de ocio por dos euros.

Recorrí a pie el centro de la ciudad. Había llovido durante toda la noche y olía a asfalto mojado, a prisa y a tierra húmeda. Compré una boina negra junto al Louvre para meterme más en mi papel. Cuando cayó la tarde subí al metro para ir al Barrio Latino, donde esperaba cenar algo decente y hacer una visita exhaustiva a los bares locales.

metrosign.jpg

Yo estaba solo en el vagón, distraído viendo pasar las estaciones por la ventana, pensando en cualquier cosa. No sé en qué parada se subió ella. De pronto advertí que alguien se había sentado en el asiento de al lado. Esbocé una sonrisa y me giré un poco para poder verla. Era una chica, más o menos de mi edad, supuse. No recuerdo bien su cara: sé que era morena, sé que tenía los ojos verdes, sé que me gustó.

Bon soir, susurró y me sonrió. Bon soir, respondí. Un minuto después estábamos charlando de la noche parisina en mi precario francés. Para mi alivio continuamos la conversación en inglés. Me habló de su vida, me dijo que no era de París y que echaba de menos su pueblo tranquilo, que odiaba su trabajo y el barrio de las afueras en el que vivía. También me confesó que le daba vergüenza hablar con un extraño en un vagón de metro vacío.

Sentí en mis dedos helados un calor dulce. Había puesto su mano sobre la mía y me abrigaba el corazón con sus ojos, con su mirada clavada en los míos. "Me preguntaba si... ", empezó. Dudaba; la animé con una sonrisa, y siguió: "...no sé, ¿quieres venir conmigo a cenar? Después podemos ir a un bar que conozco, y..." dudó de nuevo. "...Y quizá a mi casa."

Clavé la vista en sus manos finas y suaves. Pensé en una caricia de esas manos. O en un beso de sus labios, ronroneando susurros de amor en mi oído. Recordé la soledad de la carretera y el cansancio de los kilómetros. Imaginé el fin del camino, un horizonte con ojos verdes en una ciudad de luz.

En ese momento una voz anunció que habíamos llegado a la parada del Barrio Latino. La miré a los ojos. Au revoire, pleased to meet you. Bajé del vagón y salí a la noche de París.

Posted by Santo at 7:50 PM | Comments (0)

22 de Febrero del 2004

Haciendo las maletas

Máscaras

La primera vez que soñé con las máscaras fue hace dos años. Desde entonces la escena se había repetido cada pocas noches en mi cabeza. Yo, solo en un pequeño círculo de luz en medio de la oscuridad, paso la mano por mi cara y noto que llevo puesta una máscara. Me la quito de un tirón; debajo de ella hay otra, también con mi cara. La arranco, y encuentro otra, y otra, y otra; caigo de rodillas, desesperado porque no puedo encontrar mi rostro, oculto detrás de un infinito número de máscaras. Entonces despierto.

mask.jpg

Hace algunas noches el sueño cambió por primera vez. Empecé a despojarme de las máscaras hasta tener a mis pies docenas de ellas. De pronto supe que sólo me quedaba una. Ansioso por ver mi cara, me la quité. Detrás de ella no había más que el vacío absoluto. Nada. Mi rostro no estaba allí.

Al día siguiente pedí la excedencia en mi trabajo; dos días después encontré un amigo al que alquilar mi piso. Hoy he llenado una mochila con lo imprescindible y cargado en el coche mi vieja guitarra.

Me siento como el protagonista de alguna tópica película americana. He dejado atrás innumerables kilómetros, y por delante me quedan muchos más que recorrer. Pongo un CD de Steppenwolf para terminar de meterme en el papel. Born to be wild o no, he captado el mensaje. A la mierda mi puto trabajo, mi casa y mi rutina, a la mierda todas mis máscaras. Quiero tener una cara que mirarme en el espejo antes de ir a dormir. Y quiero dormir sin soñar con máscaras, aunque tenga que pasarme la vida haciendo las maletas.

Posted by Santo at 9:26 PM | Comments (2)

20 de Febrero del 2004

Hasta el domingo

Me voy al I Encuentro de Jóvenes Artistas de Mollina y vuelvo el Domingo. Hasta entonces no habrá actualizaciones. Perdonen las disculpas. ;)

Posted by Santo at 3:34 PM | Comments (1)

18 de Febrero del 2004

Con permiso (de Antonio Martínez Ares)

Después de una hora de búsqueda he conseguido encontrar esta letra de una comparsa del carnaval de Cádiz, del año 1998. La comparsa se llamaba "Los piratas", y el autor de la letra es Antonio Martínez Ares. En su momento me emocionó tanto que casi rompo a llorar, y ahora quiero recordarla como un pequeño granito de arena por todas las mujeres que sufren maltrato.

Con permiso

Con permiso, buenas tardes.
Vengo pa que me detenga.
¡Qué cansá! Voy a sentarme.
Pues verá, voy a explicarle
la historia de un sinvergüenza.
Lo quería con locura,
toa mi vida se la di,
pero él sólo buscaba una criada,
una esclava, una mujer para parir.
Siempre decía
que tenía una quería,
una duquesa para él;
que le gustaba llegar por la madrugada
pa tenernos a su merced.
¡Y lo he matao!
A mi Juan yo lo he matao,
por haberme maltratao,
por sentirme una perra,
por hacerme una vieja
con cuarenta y pocos años.
¡Y lo he matao!
A mi Juan yo lo he matao
y en mi alcoba lo he dejao
con mi llanto en sus labios.
Justicia no pido yo,
que conmigo no la ha habío.
¿Quién me paga este dolor
y la pena de mis hijos?
Así que ya sabe usted.
Haga lo que haya que hacer,
póngame una soga al cuello,
porque por primera vez,
no tengo, no tengo miedo.

Posted by Santo at 2:10 PM | Comments (2)

17 de Febrero del 2004

Mascotas

Microrrelato chorra del día:

Llegó a su casa impaciente por reencontrarse con su nueva mascota. Saludó a su mujer, comió a toda prisa y se encerró en un cuarto con ella. La alimentó con mimo y jugó con ella durante una hora. Sus hijos llegaron como un torbellino y pidieron permiso para verla. Él accedió a regañadientes, no sin advertirles que debían tener mucho cuidado con ella, porque aún era pequeña y podían dañarla. Les entregó la pequeña cajita con el líquido pastoso y el microscopio.

-¿A que es bonita mi nueva bacteria? La llamaré Luna.

Desde que el cambio climático terminó con las especies animales, el precio de venta de las bacterias domésticas había subido una barbaridad.

NOTA: En época de exámenes, mi pobre cabecita no da para más. ^_^U

Posted by Santo at 11:04 PM | Comments (1)

15 de Febrero del 2004

Carpe diem

Hoy no estoy para escribir. Ayer, después de un día sencillamente espantoso, me jodió la noche de Carnaval una contractura en la espalda que obligó a mis amigos a llevarme a casa, derrotado, en mi propio coche. Al menos pude lucir el disfraz. Éste soy yo disfrazado de capitán Jack Sparrow:

jacksparrow.jpg

Además tengo un examen de Literatura del Renacimiento el martes, y estoy constatando con horror que todo lo que había estudiado se me ha olvidado. Sólo tengo fuerzas (tanto físicas como de ánimo) para tirar de archivo y publicar algún soneto antiguo. Me ha costado decidirme por alguno, pero al final me he decidido por uno que escribí hace un año y un poco más para una mujer que, ahora como entonces, consigue hacerme feliz sólo con su presencia. No son los mejores versos que he escrito, pero seguramente sí los más sentidos y sinceros.

Carpe diem
Vive el día de hoy

Hoy que quiero decirte que te quiero,
hoy que aún no tenemos un pasado,
que el futuro se acuesta a nuestro lado,
que tus labios son suaves, dulces, fieros;

hoy que es tiempo de risas clandestinas,
que en tus ojos jamás se pone el sol,
que entre abrazos me abrigo el corazón,
hoy que quiero besarte en cada esquina;

hoy que he subido al cielo de tu boca,
que me dejas volverte un poco loca,
que a diario me enamoro más de ti;

hoy que llevo tu amor como mi peso,
hoy que sé lo que diera por un beso,
hoy que tú me has devuelto el mes de Abril.

Noviembre del 2002

Posted by Santo at 9:44 PM | Comments (8)

12 de Febrero del 2004

Ante el espejo (Calientapollas)

A este soneto, en un momento de debilidad, lo titulé "Ante el espejo". Pero siempre debió llamarse "Soneto a una calientapollas". Calientapollas, por cierto, con nombre y apellidos; pero le encantaba que hablaran de ella, aunque fuera bien, así que no le voy a dar ese gusto.

Ante el espejo

Te miras y defines vanidosa
cada día mirándote al espejo,
practicando esa boquita mentirosa
que pondrás cuando te mire desde lejos.

Y haces gestos y posturas, te reinventas,
y cambias el concepto de las cosas;
pecar es una fruta que te tienta,
el verbo amar es una opción dudosa.

Y viajas al azar sin equipaje,
y ocultas la verdad con maquillaje,
y frívola te sientas a mi lado;

no existe la verdad ni algo seguro:
niegas de corazón que haya futuro
y todavía no has escrito tu pasado.

Posted by Santo at 10:46 PM | Comments (5)

11 de Febrero del 2004

Disculpen el parón

Pido perdón por la parada temporal. He estado unos días sin conexión, lo que me ha imposibilitado publicar en el blog. Mañana volveré a la carga.

Gracias por la paciencia, y perdón por las molestias.

Posted by Santo at 10:07 PM | Comments (4)

5 de Febrero del 2004

Sueño de una noche de verano

Soñé anoche que venías a mí y me abrazabas; apretada contra mi pecho susurraste que te entregara mi corazón. Así que te alejé de mi cuerpo y me quité la piel. Al descubierto quedó la roja carne palpitando de vida. Te entregué mi piel y no la quisiste: repetías, “tu corazón, dame tu corazón”. Entonces clavé los dedos en mi pecho y separé músculo de hueso. Rasgué los tendones hasta arrancar de mí la carne, y quedó mi esqueleto blanco al sol. También te la entregué. De nuevo dijiste: “tu corazón, dame tu corazón”. Busqué entre mis costillas y con horror descubrí que donde debería haber estado mi corazón sólo había un hueco: no estaba mi pecho relleno de vísceras sino de soledad. En ese momento, un gran perro saltó hacia mí y se llevó mi calavera. Mi esqueleto, de pronto sin vida, cayó desmontado al suelo. Yo había muerto, y en ese momento te agachaste, rebuscaste entre los restos y te alzaste victoriosa con un trozo sangrante en la mano: “He aquí tu corazón, al fin es mío”. Te marchaste. Allí se quedaron mis huesos blancos, tendidos a la pálida luz para siempre.

Málaga, pesadilla del verano del 2003
esqueleto.jpg

Posted by Santo at 11:34 PM | Comments (2)

3 de Febrero del 2004

Dame la vida

"Para Lidia: el primero y el peor de los muchos poemas que he de escribirte."






Tardío trigo trenzado
es tu cabello de ensueño,
y tus ojillos risueños
iguales son de dorados.

En espejos truncados de locura
de miel dos puntas suave reflejadas
que cantan a tu luz sin decir nada
bailando tras un rizo en las alturas:

Es la patria del amar
tu sonrisa y sentimiento,
tu voz la risa del viento,
tu pulso el son de la mar.

con trozos de tu amor pasión bendita
forjó ese corazón que se desboca
al darse en las sonrisas de tu boca
y el sueño preso y libre en tu carita.

Sube conmigo a la luna,
hace frío y no hay ninguna
estrella que me dé abrigo.

Me bendices con tus besos y tu risa,
me enamoran (con pasión pero sin prisa)
tus manos que me acunan y suicidan.

Acompáñame en la altura,
baila al son de la locura
esta coplilla conmigo.

Enfréntate a mi lado contra el miedo.
Amiga, ayúdame: solo no puedo.
Mi Lidia, abrázame, dame la vida.

París, febrero del 2002


"Vuelo". Verano del 2003.
vuelo1.jpg

Posted by Santo at 7:37 PM | Comments (0)

2 de Febrero del 2004

Carta de Julio Medem

He leído en Diario de un socialista una carta que Julio Medem, director del documental "La pelota vasca", ha escrito al respecto del asunto que todos conoceréis.

No voy a entrar a analizar la historia. Por mucho que mientan los medios de comunicación todos sabemos quién es quién. Pero me parece necesario leer las palabras de Medem para entender la verdadera dimensión de este asunto, que a mi juicio es muy grave, terriblemente grave.

Sólo quiero gritar, muy alto y muy claro:

¡NO AL TERRORISMO ETARRA!

¡NO AL PENSAMIENTO ÚNICO!

Han pasado cuatro meses desde el estreno de La pelota vasca, la piel contra
la piedra, en los que la consigna que más me he visto obligado a decir (por
alarma defensiva), es que el problema más grave del conflicto vasco es ETA,
que mi rechazo al terrorismo es rotundo, sin peros, y que mi solidaridad y
apoyo humano hacia las víctimas del terrorismo es absoluto, sin precio y
sin esperar nada a cambio. Pero hay quien piensa que eso no es suficiente,
que no les vale, y rechazan mi solidaridad como si les manchara; me
refiero, claro está, a algunos miembros de la Asociación de Víctimas del
Terrorismo (AVT) que ha organizado una manifestación a la entrada de la
entrega de los Premios Goya para protestar por la nominación de mi
película, y contra mi persona. He leído en La Razón que habrá una pancarta
con este lema: "Víctimas del Terrorismo contra El pelota vasco, la nuca
contra la bala". Y además se repartirán pegatinas con el lema: "No al
Medem". Sinceramente, esto ya es demasiado, la injusticia de esta situación
es ya puro delirio. Yo no puedo más.

Esta es la primera vez que escribo en mi defensa tras el estreno del
documental en el Festival de San Sebastián. Deliberadamente preferí no
responder por escrito a la tormenta de puñales que cayó sobre mí,
especialmente desde los medios de comunicación de la derecha, y me recluí
frotándome el ánimo con la innumerable cantidad de mensajes de apoyo, en
su mayoría privados (comprendo perfectamente, tal y como pintan los
tiempos, lo comprometido de apoyarme públicamente). Pensé que ya nada más
podría pasarme con esta película, que lo peor ya había ocurrido, y que la
ceremonia de entrega de los Premios Goyas podría ser el punto dulce final
(con o sin estatuilla) de toda esta horrorosa experiencia.

Lo primero que quiero dejar claro es que, para mi pesar, Cristina Cuesta
(presidenta de COVITE, Colectivo de Víctimas del Terrorismo) rechazó
participar en mi documental, y con ella, el conjunto de víctimas de su
asociación. Es más, se dio el caso que llegué a entrevistar a Consuelo
Ordóñez (hermana del concejal del PP asesinado por ETA), pero a los pocos
días me llamó para que no la incluyera en el montaje. También quiero
recordar que en mi película hay víctimas del terrorismo a las que les he
dado un trato, más que respetuoso, privilegiado. Personas que aceptaron mi
planteamiento de película polifónica, con una puesta en escena destinada a
invitar al diálogo y a las que no les importó compartir montaje con
personas ideológicamente opuestas. Estas víctimas son Daniel Múgica (hijo
de Enrique Múgica, concejal de Leitza por UPN asesinado por ETA), Cristina
Sagarzazu (viuda del Ertzaina Ramón Doral), Marixabel Lasa (viuda del
socialista Juan María Jáuregui) y Eduardo Madina (Presidente de las
Juventudes Socialistas de Euskadi que perdió una pierna tras un atentado).

Es decir, que los miembros de AVT no son las únicas victimas, aunque sí me
parecen las más enfadadas y las más politizadas, y las que se creen con el
real derecho a identificar y dar el marchamo de autenticidad al resto de
las víctimas. En mi documental las hay incluso de sus mismos colores, y de
otros, pero son, me atrevo a suponer, políticamente más independientes. No
sé lo que pensarán los miembros de AVT, por ejemplo, de Marixabel Lasa,
que tiene varios agravantes para formar parte de su coro. Por ejemplo, es
la viuda de un socialista que luchó hasta su muerte por el diálogo
político como vía para resolver el conflicto vasco. ¡Qué tiempos son estos
en los que "DIÁLOGO" se ha convertido en una palabra maldita! El otro
agravante, claro está, es que Marixabel Lasa (siendo socialista) es la
presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco.
No me digas más, esas víctimas no valen, no están a la altura. Imagino
entonces que Cristina Sagarzazu, por ser la viuda de un Ertzaina asesinado
por ETA, como víctima en este caso sí nacionalista, se tendrá que
conformar con un territorio medio, un purgatorio. Además, a ella no le ha
importado compartir montaje paralelo con la mujer de un preso de ETA (en
viaje a la prisión de Huelva), ya que entiende que esto no significa que
se las compare o iguale moralmente.

Quiero reconocer mi especial debilidad por Eduardo Madina (el socialista
que perdió una pierna en un atentado de ETA). Su testimonio marca el punto
álgido, la cima moral de la película. Madina es un auténtico deportista
del alma, precioso montañero de la buena fe que yo quiero poner aquí como
ejemplo contra tanta atrocidad político-mediática; alguien, por ejemplo,
que aún cuando ETA quiso matarlo poniendo una bomba en su coche, es capaz
de solidarizarse con Anika Gil, una víctima de la tortura. Y como
vergüenza recuerdo la forma en que esto es recibido por la AVT, a los que
sólo les molesta que con el testimonio de Anika se está poniendo en duda
la labor de la Guardia Civil. ¡Es que ella tampoco es una víctima?. Se
niegan a creerla, y se acabó.

Daniel Múgica es la víctima que les resultará más cercana, la más
aceptable a la AVT (y lo digo con mi mejor intención hacia ti, Daniel), ya
que es el hijo de un concejal de Leitza por Unión del Pueblo Navarro.
Partido que hace las veces del PP en Navarra pero que, por fortuna para mi
película, está fuera de la disciplina central y, libremente, aceptó estar
en la película. Recuerdo aquí que el Partido Popular se negó, yo diría
que, airadamente, a que ninguno de sus miembros fueran entrevistados para
el documental.

Quiero añadir aquí el caso de otra víctima del terrorismo de ETA que
participa en la película, aunque no prestando su opinión sino como
coproductora. Me refiero a Mireia Lluch, que es hija de Ernest Lluch,
socialista asesinado por ETA que, como Juan María Jáuregui, se declaró
abiertamente a favor del diálogo. Cuando Mireia, a la que yo no conocía,
se enteró que estábamos buscando financiación para sonorizar la película,
pidió verla. El montaje ya estaba terminado y Mireia, tras la proyección,
me dijo que tenía una pequeña herencia de su padre, y que estaba segura de
que a él le hubiera gustado que ese dinero se aportara para terminar un
documental "tan necesario" (esas fueron sus palabras). Recuerdo a esos
periodistas, que legitiman con datos falsos sus mentiras, que las
subvenciones a mi película fueron denegadas tanto por el Gobierno Vasco
como por el ICAA.

Las personas que rechazaron su participación, se trata de víctimas, han
sido las más duras contra mi documental. Ya desde la semana previa al
estreno en el Festival de San Sebastián, declararon su rechazo a la
película sin haberla visto (dieron por buenos los comentarios de Gotzone
Mora e Iñaki Ezkerra) e intentaron impedir que se estrenara pidiendo a
Odón Elorza que la retirara. Si el alcalde hubiera sido del PP, mi
película hubiera tenido graves problemas para nacer. Se han estado cebando
a placer contra mi persona, contaminando mi imagen, . y yo no he podido
responder con un mínimo de dignidad, como lo habría hecho si eso
procediera de personas en una situación vital "normal" (no amenazadas). Es
más, mi dignidad me ha hecho establecer un código de respeto a favor de
ellos, que dice que mientras una persona esté amenazada de muerte por
pensar de una determinada manera, yo, aunque piense de forma radicalmente
distinta, no me siento capacitado éticamente para criticarle. Esa
discusión de igual a igual queda postergada (aunque, sinceramente, no me
quedan ganas de emplazarles para cuando ETA desaparezca, que por supuesto
deseo que ocurra cuanto antes).

Mi pecado capital parece que consiste en que el documental no trata
exclusivamente del sufrimiento de las víctimas del terrorismo. El resto de
mis pecados derivan de este, ya que si en mi película reconozco y someto a
debate la existencia de un problema político, según ellos estoy
justificando el terrorismo, a parte de dar apoyo logístico al Plan
Ibarretxe. Además resulta que soy incómodamente criminalizable, ya que me
declaro no nacionalista; habrá quien piense que esta declaración me hace
menos malo, pues yo no lo digo por eso, ya que existe el nacionalismo
plural y no violento, lo conozco. Como también, y así se critica en mi
película, existe el nacionalismo que pretende homogeneizar "al que se
queda dentro y expulsar al diferente" (Imanol Zubero), o son ciertos los
orígenes xenófobos de Sabino Arana (Iñaki Ezkerra, Joseba Arregi e Iñaki
Villota), o la inacción de la Ertzaina con la Kale borroka (Teo Santos), o
a la falta de "gestos inequívocos de ayuda y solidaridad hacia las
víctimas" por parte del nacionalismo (Iñaki Gabilondo), o que el PNV aún
no se ha hecho cargo,"de que el sufrimiento del no nacionalista es su
sufrimiento como gobernante" (Felipe González). Aún así, para los miembros
de la AVT, me he quedado corto, ya que no he sido capaz de criminalizar al
nacionalismo con la brutalidad con la que lo hacen ellos, y no he dejado
claro que el peor de los males políticos de España (después de ETA) es el
PNV; incluso en mi película puede dar la sensación de que es el PP
(siempre después de ETA), sobretodo si no ha querido estar dentro para
explicarse, o defenderse.

Alguien cercano (a quien escuchen y quieran) debería decir
comprensivamente al oído de cada miembro de la AVT, que el hecho de ser
víctimas de ETA no les da más razón política, o ideológica, y mucho menos
licencia para insultar, calumniar o amargar la vida de todo aquel que no
piensa como ellos. Sí, alguien que les quiera de verdad debería ocuparse
de ir rebajándoles las llamas del odio y el resentimiento, para evitar que
su almas, corazones y mentes se perviertan irreversiblemente. Pero me temo
que la gente que les rodea, o está ya muy envenenada, o son los auténticos
marcadores y guardianes de esas consignas unionistas, patrióticas con las
que esta España refranquista se vuelve a sentir Grande. Alguien debería
alarmar a los miembros de La AVT de que desde algunos centros de autoridad
se les están insuflando ciertas dosis de absolutismo. Mi gran
insuficiencia ante ellos, y por lo que se permiten insultar a mi película
y a mi de manera intolerantemente macabra, es ofrecerles todo mi apoyo y
solidaridad humana por su situación personal, pero no la razón. Lo siento
pero eso ya es mucho pedir, sobre todo cuando compruebo cómo se les está
utilizando políticamente; pienso que el PP ha hecho de esto su plato
favorito en este aterrador banquete en el que, a este paso, de nuestra
querida democracia no van a dejar ni las sobras.

Tras la entrega de los Goya del año pasado, este mismo colectivo de
víctimas, junto a Fernando Savater (que también declinó participar en mi
película), criticaron con dureza a "los del cine" por el hecho de que
espontáneamente algunos premiados dijeran "no a la guerra", cuando en las
anteriores ceremonias no habíamos dicho "no a ETA". Como si el decir "no a
la guerra" conllevara no dar la importancia que merecen los atroces
asesinatos de ETA, o faltáramos al respeto a aquellos que están amenazados
por la banda terrorista. Aquello fue utilizado políticamente para
desacreditar y poner en entredicho la moral antibelicista de "los del
cine", con la vil argucia de que no vale su no a la guerra puesto que
nunca han dicho no a ETA. ¿Alguien cree verdaderamente que hay algún
académico que no está en contra de ETA?. Recuerdo las acusaciones que la
prensa más reaccionaria hizo contra Javier Bardem, y en general contra
todos los que nos manifestamos contra la guerra, espontáneamente o a
través de la Plataforma Cultura contra la Guerra. Parecía que cuanto más
alto dijéramos no a la guerra, más cerca estábamos de los etarras. Para
protestar contra estas acusaciones de algunos medios de comunicación, y
proteger la maltratada imagen de Javier Bardem, se organizó una
concentración del mundo del cine y del espectáculo en el teatro Alcázar.
Allí leímos un comunicado en el que, por un lado, pedíamos que nadie nos
obligara a manifestarnos contra ETA, o contra otras barbaridades crónicas
(se hablaba también de la violencia doméstica o la prostitución de
menores.) y que el no hacerlo no nos convertía en sospechosos ni en
cómplices de nada, y que por otro lado, lo que nos unía era la imperiosa
prioridad, que requería todo nuestro consenso, para que tuviera el máximo
de eficacia nuestro NO grande y único a la Guerra de Irak. Estábamos
viviendo una crisis aguda.

En cualquier caso, uno de los nueve puntos del escrito estaba dedicado a
condenar el reciente asesinato a manos de ETA de Joseba Pagazaurtundua, y
a mostrar nuestra solidaridad a los familiares de la víctima. Con el
teatro Alcázar lleno y los medios de comunicación rebosando el escenario,
tras la lectura del comunicado coreamos repetidas veces el famoso "NO A LA
GUERRA". Imanol Arias, sentado una fila por delante de mi, mostró a la
audiencia un folio en el que se leía: "ETA NO". Y comenzó a gritarlo.
Evidentemente el teatro se sumó al grito. Hasta aquí, por mi parte, ningún
problema (esto se lo estoy diciendo exclusivamente a Imanol). Lo
descorazonador y preocupante fue comprobar lo que la mayoría de los medios
de comunicación hicieron con ese acto, a excepción de El País, y poco más.
Por ejemplo, en la portada del ABC salía Imanol Arias con el cartel contra
ETA, y yo detrás con el gesto evidente de estar acompañando su grito. El
titular decía que por fin las gentes del cine nos habíamos atrevido a
decir no a ETA, sin mencionar que dijimos un clamoroso no a la guerra,
motivo de la reunión. Por cierto, cuatro meses más tarde mi cara volvió a
salir en la portada de este encantador periódico, con la frase: "la
película de Medem acusada de incitar al terrorismo". Para terminar este
asunto de portadas del gusto de la extrema derecha, recordaré la de La
Razón al día siguiente de la clausura del Festival de San Sebastián, en la
que sobre una fotografía de archivo (del marzo anterior) con Javier Barden
en primerísimo término y, detrás, otros compañeros gritando contra la
guerra, se podía leer, algo así: "Los actores españoles se niegan de nuevo
a decir no a ETA". Por cierto que Javier Bardem ni siquiera estuvo en el
Festival. ¿Qué se han creído algunos para imponernos que digamos lo que,
donde y cuando ellos quieran?

Ya han dicho los de la Asociación de Víctimas del terrorismo que en la
ceremonia de entrega de los Goya de este año quieren cambiar el no a la
guerra pasado por el no a ETA, y que van a entregar pegatinas a la
entrada. Saben de sobra que nadie se va a atrever a rechazar ponerse una
pegatina en la que ponga "ETA NO", primero porque todos estamos de
acuerdo, pero, y teniendo en cuenta la presencia masiva de medios de
comunicación, ¿a qué tamaño va a quedar reducida la espontaneidad,
independencia, o libertad que se le presupone a este tipo de declaraciones
en una entrega de premios?. Y yo. ¿qué hago poniéndome un "ETA NO" de
manos de alguien que llevará un "no a mi persona"?. Sólo diré que en una
situación de absoluta libertad, sin coacción, me lo pondría encantado.
Pero esta pesadilla que me espera no es el caso.

Lo que me resulta más surrealista es cómo reaccionaran mis compañeros
cuando una víctima del terrorismo le ofrezca una pegatina con el "No al
Medem". Eso no quiero verlo, y, si alguno pasa accidentalmente por delante
de mis ojos, por adelantado les prometo que haré el esfuerzo de
autosugestionarme, para creerme que no lo he visto. Esta iniciativa es lo
más vil y canalla que me han hecho nunca.

Y va a haber velas a mi paso para recordarme los más de 900 asesinados por
el terrorismo, ¿y yo que hago entonces.enciendo una vela? No querrán. Ya
me han juzgado y condenado al desfile de los manchados de sangre, de los
que cuando viajen por España corren el riesgo de que españoles de solo
tele le indiquen con el dedo (como sospechoso de lo peor), a ser carne de
cañón de esta linda prensa que nos está creciendo. Entonces qué. ¿les miro
a la cara con un gesto de cariño (pensando que ojalá ETA no hubiera
existido nunca)?. lo van a rechazar. ¿O intento adivinar en sus ojos
cuántos han visto la película?. Lo mejor es que cierre los ojos y recuerde
la ovación final del público en el Festival de San Sebastián, y sobre todo
el abrazo entre lágrimas de emoción y agradecimiento que recibí de Daniel
Múgica (el hijo del concejal de UPN asesinado por ETA). Pues sí, también
aquí podría abrazar a alguien, si me dejaran, me gustaría. Nadie me va a
dejar, tampoco, que le hable cariñosamente al oído; además, corro el
riesgo de que me pongan una pegatina de "No al Medem".

¿Qué hago?. Ni siquiera les va a hacer ilusión que les dedique el Goya (si
es que me lo dan). No tengo nada que hacer, sólo aguantar el día más
injusto y desmoralizante de mi vida ¡Socorro!

Julio Medem
29 de enero de 2004

PD. A los que hayan leído la carta: no dejéis de dejar vuestra opinión en los comentarios. Que no nos callen. Por lo menos nos queda el derecho al pataleo.

Posted by Santo at 11:30 PM | Comments (11)

Historias de mi barrio: la siesta

Justo delante de la puerta de mi bloque hay un bar.

Hay clases dentro de los típicos bares de barrio. Unos son esos que tienen una pizarra asomando en la puerta que pone: "Menú a 5 €, Sopa de puchero, Patatas con estofado, postre y café". El primer término es invariable (sopa y patatas); cambia el acompañamiento según el día. Patatas con estofado, patatas con filete, patatas con patatas. A estos van los trabajadores de la zona, y también los abuelitos a tomarse el café con churros, charlar y jugar al dominó.

Ésta es mi calle, y esa puertecita, el bar. ¿A que es entrañable?
bar.jpg

Hay otros bares en los que te sientas, pides la carta y te dan un papelito mal plastificado en el que sólo aparecen precios de bebidas alcohólicas y algunas tapas (siempre las mismas: "pincho tortilla", "ensaladilla rusa" y los proverbiales "caramalitos y "cocretas"). El público de estos bares suele tener la cara un poquito más colorada que los anteriores. Y la voz algo más gangosa. Y acostumbran a oler más a vino.

Hay bares que ya es que cantan la Traviatta, porque por no tener no tienen ni tapas: bien alta en la pared hay un pizarrón con una lista de las marcas de bebidas que hay y los precios del cubata. Aquí el personal está siempre sentado en butacas altas, porque de pie no se sostiene.

El bar de mi calle no tiene ni eso. Ni una mala pizarra. Nada. La clientela siempre es la misma, salvando dos o tres que se toman el café allí a las seis de la mañana antes de ir a trabajar. Estamos hablando de un bar que está abierto cuando llegas a las cinco de la mañana de juerga (y uno se plantea: ¿cerrarán muy tarde, o abrirán muy temprano?). La oferta de bebidas tampoco es muy amplia: whisky, ron, ginebra (de marcas absolutamente desconocidas, ni te molestes en preguntar), cerveza y vino. De comer, tortilla. Y si hoy hay pan, pues pan con aceite. No hay ceniceros... ¿Para qué ponerlos? Si al final todo el mundo va a tirar la colilla al suelo. Y en un rincón, tras la barra, hay una fregona gris metida en agua que una vez al día rebaja el alcohol derramado por el suelo (supongo que para disminuir el peligro de incendio: con tanto combustible el bar estaría ardiendo una semana ininterrumpidamente).

Y he aquí el quid de mi problema: estas tascas añejas con cierto regusto castizo tendrían su carisma, de no ser porque siempre me joden la siesta. Y eso no tiene perdón de Dios. Es normal que alguien que moja los churros a las siete de la mañana con whisky, acompaña las partidas de dominó con ginebra y baja el potaje de la parienta con ron, tenga ganas de cantar a las 4. Que se lo pide el cuerpo, vamos. Lo entiendo e incluso me solidarizo. Pero los condenados no se quedan dentro del bar para cantar, no: sacan mesas a la calle, forman un corro y empiezan a cantar bulerías y seguiriyas por turnos. Cuanto más se desgañita uno más le aplauden. En los días de especial inspiración alguno se me arma de valor, trepa a una mesa y taconea. El otro día uno resbaló en un cubata derramado sobre la madera y se deslomó contra el suelo.

El espectáculo más bizarro llega con la vena patriótica. Escuchar a doce hombres borrachos como cubas cantar el himno de la Legión es, de por sí, algo terrible; pero si además estás intentando descansar tras seis horas en la facultad, se convierte en un crimen de guerra.

Yo no digo que cierren el bar. Ni siquiera que dejen de cantar. Pero el deporte nacional, la siesta, hay que respetarlo. La solución: que el Estado les subvencione un local insonorizado. En peores cosas se invierte el dinero.

Posted by Santo at 7:14 PM | Comments (4)

1 de Febrero del 2004

Susurros desde la estación de nieblas

desde sueño

El centro de mi ciudad, Málaga, es un lugar por el que no se puede pasear sin encontrarte a nadie. Málaga es una ciudad de rincones. El conjunto es provinciano, cutre (la palabra malagueña exacta es "merdellón"); pero hay rincones absolutamente deliciosos. Si te molestas en abrir los ojos mientras caminas terminas conociendo cada esquina, cada calleja que te lleva a ese pequeño jardín frente a una escondida iglesia. Cuando cae la noche la gente toma la calle y hay un amigo en cada bar. Si tienes ganas de juerga no importa que no hayas quedado con nadie: date una vuelta y terminarás encontrándote a alguien.

Esto tiene su inconveniente: uno no puede sustraerse de ese ambiente añejo de pueblo, y a veces gusta saberse anónimo. Madrid es un gigantesco hormiguero que asfixia y agobia a quienes, inmersos en su realidad, se sienten hormigas. Pero para los que venimos de provincias... ¡Ah! Observar la actividad del hormiguero, ver a cinco millones de hormigas corriendo a toda prisa es algo fascinante. Cuando uno llega a Madrid quiere verlo todo, recordarlo todo. Recorres a pie todo el casco antiguo, memorizas los caminos principales, aprendes a moverte en metro, te quedas con los bares más carismáticos. Y te sorprende (nunca dejará de sorprenderme) que la gente de allí no conoce su propia ciudad más allá de su barrio, ni tiene ganas de conocerla. Sólo de huir del gigantesco hormiguero. No saben lo que tienen. Supongo que todo madrileño que me lea estará pensando lo mismo de mí. Lo cierto es que si me mudara a Madrid siempre echaría de menos el mar.

Desde Sueño, de Muerte y Sandman, es un blog sobre temas freaks (cómic, cine, literatura) que siempre resulta agradable de leer. Si os interesan estos temas, echadle un ojo: suelen publicar enlaces muy interesantes, amén de llevar a cabo iniciativas curiosas (concursos, por ejemplo).

Posted by Santo at 2:13 PM | Comments (3)